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15,20 €La Edad Media ha sido objeto de dos opuestas y monolÃticas visiones. O bien reino de miserias, plagas y violencias; o bien tiempo de las grandes conquistas del espÃritu: monasterios, catedrales, imponentes elaboraciones teológicas o desarrollo de las primeras universidades. Pero hay otra Edad Media que se aborda aquÃ: la de la coexistencia de esas dos visiones. De un lado, la que exalta la ascesis del contemptus mundi (desprecio del mundo en todas sus manifestaciones) tal y como hizo el papa Inocencio III a finales del siglo XII. De otro lado, la que aporta diversas expresiones de la dicha de vivir: san Francisco «juglar de Dios», los goliardos y los ideales corteses (el fine amor), las muchas fiestas religiosas y cÃvicas que jalonan el calendario cristiano... Incluso la guerra -extendida calamidad- puede tener cierta dimensión lúdica, como la tiene también el espÃritu competitivo de las disputationes académicas. El cristiano medieval, en fin, podÃa soñar con la felicidad en mundos aún no tangibles: el de ciertas utopÃas materiales y espirituales, o el de la visión beatÃfica en un más allá.