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14,25 €El poeta Rainer Maria Rilke tuvo, durante muchos años, aversión a la música. La tuvo porque vio en la música una seducción que podÃa sustraerle de su verdadera tarea, la tarea poética. Y la tuvo también porque consideraba incompatibles la música y la poesÃa: la poesÃa tiene su propia música, y nunca debe superponerse a ella ninguna melodÃa -por eso prohibió enérgicamente que se pusiera música a sus versos-. Sin embargo, en los últimos años de su vida tuvo varias vivencias que le aproximaron a la música: la lectura de Fabre d'Olivet, el clavecÃn de Wanda Landowska, la amistad con el compositor Ferruccio Busoni -cuyas teorÃas musicales entendió y compartió-, la amistad amorosa con la pianista Magda von Hattingberg, el violÃn de Alma Moodie... Y en esa última etapa escribió muy bellos poemas en los que la música está presente.