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21,76 €Â«Estas cartas fueron escritas por un hombre extraordinario, y lo extraordinario de mi padre no fueron su crueldad ni sus fracasos. Lo extraordinario era su alegrÃa y el talento que tenÃa para regalarla a los que le rodeaban.»
Benjamin CheeverJohn Cheever trazó en sus cartas, durante años y sin saberlo apenas, un autorretrato tan revelador como el que esconden sus cuentos y sus novelas. ProlÃfico en su correspondencia privada, podÃa llegar a escribir una treintena de veces semanalmente a amigos, a otros escritores como Philip Roth, John Updike o Saul Bellow, asà como a familiares y amantes. A todos ellos les pedÃa que se deshicieran de unos textos que consideraba pasajeros: «Guardar cartas es como intentar preservar un beso». Sin embargo, sus destinatarios quisieron conservar unas misivas que, editadas y anotadas por su hijo Benjamin, forman una historia tan vÃvida y humana como cualquiera de sus personajes.Torturado por su alcoholismo y por una bisexualidad reprimida, Cheever siempre fue un extraño para los que tenÃa más cerca. Aunque la publicación póstuma de sus diarios hizo patente hasta qué punto el dolor inundaba su vida, sus cartas se convierten en una suerte de ventana que él nunca advirtió, una mirada privilegiada a la fragilidad de sus emociones y a la honestidad con que recibÃa sus derrotas. Una rendija al universo más Ãntimo de un buen hombre que reveló en estos textos el vÃnculo terrible entre su genialidad y sus demonios.CrÃticas:
«El maestro de los relatos cortos también fue el maestro de las cartas cortas.»
TheSunday Times«Al final, la suya fue una historia de éxito. Pero sus Cartas te hacen incómodamente consciente del precio que pagó por alcanzarlo.»
The New York Times«John Cheever jamás escribió una mala carta. Cuando me escribÃa siempre era como si caminase por la cuerda floja.»
William Maxwell, editor del autor en The New Yorker«Fascinante [...] las cartas de John Cheever irradian amor y luz. [...] Ante entregas de tal cantidad e intensidad, de nada sirven las categorÃas convencionales.»
New York Magazine«Un placer único que ni una biografÃa podrÃa ofrecer: observar cómo un artista descubre y redefine su mundo mes a mes. Sus cartas nos convencen de que estamos ante un gran escritor y un buen hombre.»
Chicago Tribune