AA.VV
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17,10 €Deslindar entre vida y obra de un artista, cuando el artista es un dandi, es una tarea sin sentido. Sabido es que Darテュo fue un dandi, y que el dandismo no era sテウlo una pose estテゥtica, sino un programa de vida. La rebeldテュa del artista dandi, radical, es テゥtica y estテゥtica: su bテコsqueda de la originalidad artテュstica es inseparable de una bテコsqueda de la originalidad existencial. De ahテュ que los dandis afrontaran su propia vida como el pintor, el escultor o el poeta afronta su obra de arte. Y el material del que estテ。 hecho el lienzo ツォRubテゥn Darテュoツサ posee un enorme atractivo: la vida galante, cosmopolita, errante... de un hedonista convencido. Con Wilde, otro ilustre dandi, Darテュo podrテュa exclamar: ツォツ。Puedo resistirlo todo, salvo la tentaciテウn!ツサ. Desfilan por estas pテ。ginas su gusto por el lujo y las vanidades, su activismo polテュtico, su adoraciテウn a las mujeres, su aficiテウn al alcohol y las viandas: ese ツォmundo, demonio y carneツサ que tanto atrajo a los decadentes y modernistas de la bohemia finisecular. Pero sobre todo este bullir de deseos sobrevuela el poderoso anhelo espiritual del poeta que nos abre paso a su poesテュa como una ツォsed de ilusiones infinitasツサ.